Dos agujeros en la red.

Sólo con dos principios puede mantener la atención a la diversidad del alumnado en las aulas.

Uno de ellos es la flexibilidad organizativa, sin ella no solo no será posible atender a la diversidad, incluso no será posible verla.
Otro de ellos es la participación, cuanta mas participación más puntos de vista y mayor sensibilidad a lo diverso; si participar es incluir, cuantos mas puntos de vista se incluyan en una acción educativa mas participación se asegura para atender a la diversidad.

Desde un trabajo en equipo interdisciplinar bien sabemos de la importancia de la flexibilidad y de la participación para buscar respuestas novedosas a difíciles situaciones de aprendizaje que muchas veces no tienen precedentes.

Pero corren tiempos en los que lo vertical se muestra prioritario ante lo horizontal comprometiendo claramente la participación, en los que el esfuerzo hay que hacerlo sólo en el aula con los alumnos y no cabe espacio frecuente para la coordinación y el trabajo en equipo que asegure que el tiempo en el aula es tiempo de calidad (se considera tiempo efectivo de trabajo el de la docencia directa, los órganos de coordinación como la CCP son susceptibles de evaluación exclusiva, se considera no prioritario el trabajo interdisciplinar de los Equipos);

tiempos en los que los equipos de trabajo se llaman uno, son el corazón del sistema y se diferencian claramente del resto (recordamos la política salarial relacionada con una función directiva unipersonal y no colegiada, los procesos de elección de Directores),

tiempos en los que los procedimientos están tan claramente definidos en el quién, cómo, donde, y cuando que no queda espacio para tomar decisiones (recordamos el curriculum cada vez mas cerrado en el que el mismo currículo es un fin en sí mismo y no un medio; o los procedimientos a seguir en casos de “indisciplina”)…

Solo quedaría un reglamento orgánico que reduzca las posibilidades de trabajo en equipo y que haga rígidos a los centros escolares. Si al fin y al cabo hemos de competir por la excelencia, que menos que nos permitan trabajar juntos y poner en práctica soluciones novedosas.